La sala de urgencias del hospital County de Chicago se encuentra en alerta. Los residentes e internos atienden a los heridos. Greene, jefe de residentes, recibe una tentadora oferta de una clínica privada.

Greene intenta refugiarse en el trabajo para no pensar en el tumor cerebral que sufre, pero finalmente se ve obligado a admitir que la enfermedad le impide realizar su trabajo adecuadamente. Aprende mucho viendo cómo otros enfermos terminales se enfrentan al tratamiento. Greene tiene un conmovedor encuentro con su ex mujer, Jenn, y actúa de mediador entre el equipo de urgencias y un testarudo, aunque ingenuo, vagabundo llamado Al Ervin. El joven y confiado interno Gregory Pratt, que acaba de llegar procedente de otro hospital, espera convertirse pronto en residente del County... pero antes debe hacer caso de los consejos de Greene sobre su manera de tratar a pacientes como Stan Seidel, al que acaban de informar de que sufre un cáncer de próstata muy avanzado. Mientras, Abby se marcha a casa de Kovac ya que su violento vecino se ha marchado del edificio. Una egiptóloga llamada Willa Goldman es ingresada a causa de una extraña enfermedad. Tratan de resucitar a toda costa a una anciana a la que no habían comprendido cuando les había dicho lo que deseaba.

Carter lee una carta del debilitado Greene dirigida al personal de la sala de urgencias y se siente sin posibilidad de ayudar a un vagabundo que padece una enfermedad terminal, Al Ervin, que llega pidiendo la ayuda del doctor Greene. Por otra parte, Carter intenta engatusar a Abby para que asista con él a la reunión de Alcohólicos Anónimos, mientras tanto, Weaver reprende a un paciente psiquiátrico. Paralelamente, Pratt se entera de que será asignado al County General para su residencia y Romano lucha por salvar la vida de una chica joven, Melisa Rue, tras descubrir que padece una peligrosa y maligna enfermedad durante el tratamiento seguido para curar las heridas sufridas en un accidente de tráfico.