El equipo investiga el descarrilamiento de un tren causado por alguien que dejó el Land Rover del Mayor Mark Wiltshire en las vías. Se sospecha del ejército, pero Wiltshire estaba en la sala de oficiales en ese momento. El equipo aún no ha identificado a la víctima número 21, ni determinado si esa persona estaba en el tren o en el automóvil. Trabajando con un grupo de sobrevivientes, intentan recrear dónde estaba cada persona sentada justo antes de que ocurriera el accidente. Cuando uno de los sobrevivientes se suicida, el accidente cobra su víctima número 22.

La investigación continúa y uno de los sobrevivientes recuerda una pieza de información vital. Se vuelve evidente que la identificación del cuerpo 21 también puede llevar a la causa del accidente. Al final, la solución radica en descubrir una relación romántica desconocida y una traición matrimonial.

Nikki escapa del edificio en llamas, pero Petra muere y el examen de Leo muestra que fue inyectada con ántrax. Jack identifica a una de las víctimas del sótano, también inyectada, como la esposa de Lucas Ballinger y Nikki lo sorprende en la escena de los asesinatos, aunque él huye. Él va tras Hearns y más tarde, Chrissie encuentra a Roper, quien fue cómplice en sacar el virus del lugar de trabajo de Ballinger, muerto. El equipo debe localizar a Ballinger y descubrir por qué permitió que su esposa fuera una víctima, además de detenerlo para evitar una terrible venganza que podría poner en peligro miles de vidas. Mientras tanto, Leo logra con éxito anular la condena de Shona.