Simone y Sipowicz chocan en su coche patrulla con un inmigrante rumano que tiene a una mujer encerrada en el maletero de su coche y más tarde, su investigación muestra que podría ser un terrorista y que tiene a una familia adinerada como prisionera con bombas de tubería. Mientras tanto, el asesino en serie, George Putnam, es disparado por un francotirador desconocido. Simone comienza a investigar al padre de la última víctima del asesino, el Sr. Rudman, y a otro miembro de un grupo de apoyo a las víctimas... que todos parecen formar parte de un grupo secreto de vigilantes. Medavoy habla con Dana sobre su relación con Donna y si está perdiendo interés en ella, pero la astuta Dana aprovecha la situación para intentar separarlos jugando con su neurosis mental como causa de la falta de confianza de Donna en Medavoy. Además, Martinez sigue invitando a Lesniak a salir en una cita con él.

Simone entra en contacto con Ferdinand Hollie, un antiguo informante, quien quiere ayudarlo a capturar a un par de traficantes de drogas colombianos que mataron a una joven en su fuego cruzado. Pero Hollie, un adicto a las drogas que es VIH positivo, tiene su propia agenda para robar a los colombianos. Mientras tanto, Russell es emparejado con el sargento Ray Kahlins, un "fanfarrón" de la unidad federal antidrogas que está más interesado en cobrar horas extras que en atrapar a otro par de traficantes de drogas durante una vigilancia. Pero las tácticas arrogantes de Kahlins y su falta de respeto hacia Simone y su informante Hollie ponen en riesgo ambos casos. Además, Medavoy y Martinez investigan el asesinato de un sacerdote de Santería encontrado en un alcantarillado local e intentan vincular a un oficial de libertad condicional y a un reciente liberado con el crimen.