Un club de motoristas actúa fuera de la ley e intenta proteger a su pequeño pueblo, Charming (California), de los cada vez más frecuentes traficantes de droga y otras amenazas. El club es conocido como "Hijos de la Anarquía", un Club que a la vez también lucha por proteger su próspero e ilegal negocio de armas. "Jax" Teller (Charlie Hunnan), es el hijo del ya difunto fundador del Club y está al frente del mismo. Jax se encuentra en su treintena y lucha por encontrar un equilibrio entre su vida familiar y sus colegas los motoristas. Gemma Teller Morrow (Katey Sagal) es la madre del joven, también considerada la matriarca del Club.

El club intenta sobreponerse a las consecuencias del ataque sufrido por su almacén ilegal de armas mientras el ayudante del jefe de policía amenaza el reinado del SAMCRO en Charming; Jax sigue preocupado por su pequeño hijo y empieza a cuestionarse los métodos bruscos del club; y los problemas económicos de Opie lo enfrentan a una decisión difícil.

Gemma organiza otro acto para recaudar fondos que trae de vuelta a la ciudad al antiguo miembro del club responsable de la detención de Opie, lo que crea un conflicto directo con Jax y Opie; Clay se encarga de proteger a un hombre que está en libertad condicional con la esperanza de conseguir algo gordo a cambio; y el agente Kohn sigue investigando a Sons of Anarchy.

El club planea vengarse de un club de moteros rival mientras intenta cuidar de Cameron Hayes, que está herido en el club social; y Jax, Bobby y Opie intentan acabar de una vez y para siempre con la deuda.

El agente Stahl del ATF presiona a las mujeres del SAMCRO, y Jax piensa que el jefe Unser es la salvación del club; Tara aún no se ha recuperado del asunto Kohn; y Cherry le cuenta a Gemma cierta información interesante sobre su pasado.

Cuando un miembro de Sons of Anarchy desaparece y otro es detenido y acusado de asesinato, Jax tiene que elegir entre la amistad o el club; y Abel se fortalece y pronto le darán el alta del la UCI, pero no va a ser el único que vuelva a casa.

El club necesita dinero para financiar la defensa de Bobby, pero la solución de Clay deja a Sons of Anarchy en una situación muy vulnerable; y lo que debería ser una feliz bienvenida para Abel se acaba convirtiendo en más problemas para el club.