Gordon Radford y Lord Ashfordly no son los mejores amigos. De hecho, Radford no tiene una relación amistosa con nadie. Él es el Maestro de la Cacería Ashfordly y cuando alguien vandaliza su estudio durante la cacería, hay muchos sospechosos, pero Radford sospecha de Lord Ashfordly y se desquita con él de manera muy física. Tía Peggy usa las bolas de anís de David para atraer al grupo de caza a través de su jardín con el fin de reclamar una gran compensación. Pero no engaña a Oscar Blaketon. El agente Mason está buscando un coche y Bernie tiene justo el que él necesita. Pocos kilómetros y solo un dueño cuidadoso, nada menos que una monja, pero a Mason le interesa más un coche deportivo propiedad del fallecido piloto de combate Ginger Wells.