Greg Hurbeinz conduce un furgón blindado en Manhattan, cuando el vehículo comienza a tener problemas y los sistemas electrónicos y de telefonía móvil se apagan repentinamente. El hombre intenta avisar a Carl Custer, que se encuentra en la parte trasera, cuando descubre que su compañero sangra del pecho y desprende un extraño humo. Stella, Mac y Flack llegan al escenario donde se percatan de que el extraño suceso se ha producido en el Triángulo de las Bermudas de Nueva York, ubicado en el Empire State. Mientras examinan el cuerpo de Custer, Sid y Hawkes hallan pequeños fragmentos de plástico y metal de su marcapasos dentro de su pecho. Sid cree que el campo de energía del Triángulo Electrónico de las Bermudas, donde se instalaron las antenas de televisión y de telefonía móvil tras los atentados del 11-S, pudo causar su muerte. Entretanto, Danny y Lindsay deciden llevar en secreto el embarazo de la forense hasta que Messer sorprende a su novia pidiéndole que se case con él. Para demostrar la veracidad de la teoría de Sid, Danny, Mac y Hawkes suben a la azotea del Empire State para medir el nivel de las ondas eléctricas, que resulta ser bajo y no pudo provocar la muerte de Custer. Posteriormente, Flack informa a Mac que no falta dinero del furgón blindado, hecho que dificulta el esclarecimiento del caso. La investigación da un giro inesperado cuando tras examinar los videos de las cámaras de vigilancia, el C.S.I. descubre que un hombre, Yert Yawalac, fue testigo del misterioso suceso.

Buscaba pruebas con las que limpiar su hoja de servicios, cuando cayó al vacío desde una oficina. La desaparición de su cuerpo dificultará a los forenses el esclarecimiento del extraño suceso. Cuando el hombre se estrella contra el suelo tras caer desde la oficina de Robert Dunbrook -un importante magnate de los medios de comunicación- y su cuerpo desaparece misteriosamente, los forenses investigan un caso de desaparición de personas, ya que no disponen de un cadáver que examinar. Dunsbrook se convierte en el principal sospechoso del caso y tras ser interrogado por Taylor, pide que éste sea apartado del caso. Gracias al apoyo de Sinclair, Mac y su equipo prosiguen sus pesquisas y descubren que la última persona que entró en la oficina del magnate fue Ann Steele, una asesora de las altas esferas de la política neoyorquina cuya misteriosa muerte fue investigada recientemente por Taylor. La investigación da un giro inesperado cuando el C.S.I. descubre la identidad del desaparecido: un agente expulsado del F.B.I. que pretendía ser readmitido en el cuerpo federal.