Ambientada a mediados de los años sesenta, esta precuela se centra en los primeros años de la carrera de Endeavour Morse (Shaun Evans). Después de dejar su universidad de Oxford sin un título, y pasar poco tiempo como empleado de cifrado, Morse se une a la policía, trabajando con el veterano DI Fred Thursday (Roger Allam).

Durante 20 años, Finn Wallace (Colm Meaney) fue el criminal más poderoso de Londres. Miles de millones de libras fluyeron a través de su organización cada año. Pero ahora está muerto y nadie sabe quién ordenó el golpe. Con rivales por todas partes, le toca al impulsivo Sean Wallace (Joe Cole), con la ayuda de la familia Dumani encabezada por Ed Dumani (Lucian Msamati), tomar el lugar de su padre. Si la situación no era ya suficientemente peligrosa, la toma de poder de Sean repercute en el mundo del crimen internacional. Tal vez el único hombre que podría ayudarlo y ser su aliado es Elliot Finch (Sope Dirsu), un esbirro de la organización criminal con un misterioso interés en la familia Wallace. En este contexto turbulento, Elliot se verá transportado al interior de la mayor organización criminal de Londres.

Investigación de crímenes hecha por un experto equipo de patólogos forenses, que descubre la verdad detrás de muertes sospechosas, hablando por aquellos que ya no tienen voz.

Richard Poole, un mojigato detective de la Policía Metropolitana de Londres, es enviado a la ficticia isla caribeña de Santa María para resolver el caso de la muerte de un compañero policía británico. Tras resolver la muerte de su predecesor, termina por convertirse en nuevo detective de la policía local.