Julio Rentoria, un delincuente que ha conseguido envolverse en un halo mítico y que tiene toda una legión de fans, es detenido junto a sus secuaces -Trevor Battle y Oscar Mohan- por pegar una brutal paliza a un hombre. El malhechor anuncia que pagará dos millones de dólares a quien consiga sacarlo de la cárcel y cuando es trasladado en autobús junto a otros presos -entre los que se encuentra Kyle, el hijo de Horatio-, tiene lugar un accidente que permite la huída de todos ellos. En el caos generado, una mujer llamada Veronica Eckland cae muerta víctima de un disparo. Varios testigos oculares aseguran que vieron un deportivo rojo marcharse a gran velocidad de la escena del crimen y Calleigh encuentra restos de pintura roja en el paragolpes trasero del coche que chocó contra el autobús. El análisis de balística revela que el arma homicida pertenece a un hombre llamado Barry Slater. Durante el interrogatorio, Slater explica que perdió la pistola durante la revuelta y que se la robó Oscar. Una vez que el delincuente es detenido, Horatio le asegura que si colabora con la justicia y le revela el paradero de Rentoria y Battle, será encausado por un delito menor. Delko y Calleigh identifican al dueño del deportivo, Will Bebford. En el interior del vehículo encuentran, además, unas esposas que han sido serradas. Will sacó a Rentoria de la escena del crimen y éste le pagó los dos millones de dólares en heroína. En los paquetes de droga, identifican restos de piel que pertenecen a Joe Lebrock. Poco después, los agentes localizan a Trevor, que ha recibido un impacto de bala. Poco antes de morir, le confiesa a Horatio que los secuaces de Julio Rentoria tienen consigo a Kyle y saben que es su hijo.

Julia Winston, una atractiva multimillonaria, ofrece una fiesta para discutir con otros potentados la posible compra de una isla privada. Mientras estos acontecimientos tienen lugar, su marido, Bill Winston, es asesinado en su despacho. Cuando los C.S.I. llegan a la escena del crimen, Horatio revela que Julia es en realidad la mujer con la que tuvo a su hijo Kyle. Los primeros indicios hallados en la escena del crimen apuntan al abogado Larry Hopkins, quien admite que entró en el despacho de la víctima al escuchar los disparos y que, cuando lo halló muerto, recogió ciertos papeles de su mesa y huyó. Nuevas pruebas incriminan directamente a Rob Mason, un falso millonario cuyo fraude había sido descubierto por Julia. Todo parece indicar que, a cambio de su silencio, la mujer ordenó al farsante que matara a su marido porque éste quería anular su matrimonio. Aunque Horatio esta convencido de esto último, se da cuenta de que no tiene evidencias que lo prueben y Julia es puesta en libertad. Entretanto, Kyle se enfrenta al juicio por el secuestro de Kathleen Newberry pero la joven, que es la principal testigo de la acusación, no se presenta en la sala. Cuando Kyle es puesto en libertad y Julia reclama su custodia, Horatio comienza a sospechar que su ex-amante también está detrás de este asunto.