Calleigh se dirige a su coche tras tomar un refrigerio con unos amigos cuando otro vehículo se detiene a su lado y el conductor le apunta con una pistola. En un descuido, la agente logra sacar su arma y da el alto a los agresores, pero estos logran huir a toda velocidad. Cuando Calleigh sale del vehículo, advierte que sus atacantes han dado la vuelta y pretenden atropellarla. Ella dispara y el coche de los maleantes acaba estrellándose contra un escaparate. El conductor ha muerto, el copiloto ha huido y el cadáver de una mujer inocente queda en el suelo. Una vez comenzada la investigación de los hechos, Rick Steller acusa a Calleigh de comportamiento temerario, ya que la agente había estado bebiendo minutos antes del tiroteo. Mientras, la forense Alexx Woods descubre que la mujer murió en realidad antes del accidente y Horatio decide investigar en el colegio en el que trabajaba. Allí descubre que la víctima estaba tratando de parar a unos malhechores que vendían droga a los estudiantes y que fueron estos los que acabaron con su vida. Las pesquisas se centrarán entonces entorno al dueño de la tienda en la que todo ocurrió, el copiloto huido y un compañero de instituto de la fallecida, que parece saber más de lo que cuenta.