Un crítico del NCIS ha presentado una queja severa sobre un presunto encubrimiento de la muerte de un oficial naval; el quejoso cae a su muerte; tanto el NCIS como el Metro PD investigan; el equipo de Gibbs lo resuelve. Ziva busca la firma de Gibbs.

El cuerpo de un suboficial de la Marina, disparado y ahogado, aparece en una playa; mientras Gibbs y su equipo investigan, otro cuerpo, envuelto en cadenas, aparece. El FBI se involucra, la pandilla encuentra pistas, y Fornell y Gibbs encuentran una filtración.

Alguien dispara y mata al oficial ejecutivo (XO) de un buque naval, un comandante, en su propia camarote; Gibbs y su equipo investigan. Sin embargo, llega una psicóloga (persistente y presumida) para realizar evaluaciones psicológicas obligatorias a todos los miembros del equipo, y los acompaña a bordo del barco. Ziva reconoce los casquillos gastados como rusos. La noticia del asesinato se propaga rápidamente, ya que hay siete periodistas internacionales a bordo como invitados; un reportero hace una confesión y revela un posible polvorín. El equipo continúa y finalmente encuentra la solución. Mientras tanto, la psicóloga también continúa, provocando una serie de flashbacks, principalmente relacionados con Kate Todd, una ex miembro y agente especial. Eventualmente Tony y Gibbs se dan cuenta de quién es la psicóloga, luego ella entrega su informe al director.

Gibbs y su equipo investigan la muerte de una mujer que tenía una tarjeta de identificación de sargento en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos; McGee descubre que el verdadero sargento murió en Afganistán hace tres años. Gibbs y McGee van a Kabul, resuelven las cosas y hacen algo bueno.