Sydney logra memorizar junto con su homóloga, la espía rusa Ann, un código que posee una antigüedad de 500 años. El código completo revela una localización geográfica que le lleva a una iglesia en Málaga donde Ann y Sydney coincidieron hace mucho tiempo como rivales. Por su condición de doble agente, Sydney se ve envuelta en una nueva peligrosa misión ya que debe proporcionarle el código secreto al SD-6. Dixon y Sydney viajan a Casablanca para investigar el complot que pretende eliminar la Organización de Comercio Unido (OCU). Allí la agente se hace pasar por una turista canadiense de habla francesa. Más tarde, ambos agentes viajan a Sao Paolo, ciudad en la que se celebra una conferencia de la OCU y que tiene como invitado de honor al Premio Nobel de la Paz, Dhiren Patel. En Brasil, Sydney tendrá que evitar la explosión de una pequeña bomba que el Nobel tiene instalada en su marcapasos.

Sydney logra escapar de los guardaespaldas de Sawari que quieren atraparla porque ha presenciado cómo un equipo sanitario implanta una bomba en el marcapasos de un orador. Dixon roba una ambulancia y, mientras son perseguidos, intenta extraer el dispositivo explosivo. Lamentablemente, Jacbnoud lo activa antes de que pueda terminar la intervención. Will, el amigo de Sydney que investiga la muerte de Danny, ha descubierto que el vuelo no viajaba a Hong Kong sino a Singapur. Además, Kate Jones, la mujer que se sentaba a su lado, tampoco se subió a dicho avión. Will se cita con la misteriosa joven, que admite que mantuvo un romance con Danny. Para sorpresa de ella, Will la informa de que, según la seguridad social, lleva muerta desde 1973.

El oficial Kendall y el resto de su equipo del FBI retienen a Sydney para interrogarle. Su objetivo es obtener información sobre su pasado y su relación con la profecía Rambaldi. Sydney, presionada por los agentes, se ve en la obligación de confesar cómo entró a formar parte del SD-6 tras su entrenamiento en el Credit Dauphine. Explica, también, cómo descubrió la verdad sobre el SD-6 gracias a su padre, algo que le llevó a unirse con la CIA y que le convirtió en un agente doble. Por su parte, Jack advierte a Vaughn de que Sydney perderá la protección que ahora tiene, por parte del SD-6, si permanece demasiado tiempo retenida por los miembros del FBI. Jack elabora entonces un plan para liberarla y demostrar su inocencia.

La CIA, al mando de la directora Hayden Chase (Angela Basset, Sr. y Sra. Smith, Contact), decide poner en marcha una rama secreta que haga el trabajo a su manera. Chase hace que Vaughn, Jack, Dixon y Sydney abandonen oficialmente la agencia para que puedan integrarse en esta nueva rama llamada SPA (Sólo Personal Autorizado). El nuevo jefe será el mismísimo Arvin Sloane. Sydney sabe que la única manera de atarle corto es trabajar junto a él. La SPA tiene que intervenir en una nueva organización terrorista que planea un inminente ataque, para ello cuentan con una nueva incorporación: el agente Marshall.