El caso involucra la golpiza a una mujer embarazada de siete meses, cuyo hijo por nacer ha sido arrancado de su cuerpo mediante una cesárea primitiva. Entre los muchos testigos interrogados se encuentra el esposo de la mujer, un psiquiatra con varios secretos devastadores y que sabe más sobre la golpiza de su esposa de lo que está dispuesto a admitir.

La violonchelista Cassie Germaine es atacada en su apartamento. La investigación de Benson y Stabler lleva al descubrimiento de cámaras ocultas transmitiendo las actividades de Cassie en su hogar a un sitio web con solo un visitante descubierto, y un santuario.

La brutal violación y posterior muerte de una automovilista resulta ser una informante del FBI que actuaba como una justiciera cibernética para atrapar a pedófilos en línea y capturar a los depredadores. Stabler, junto con el detective de homicidios que encontró al esposo de la víctima asesinado, siguen el rastro de evidencia de la última víctima que ella había estado rastreando, llevándolos a la oficina del Fiscal de los Estados Unidos y a un viaje a Praga para que Stabler ayude a las autoridades checas cuando encuentren a la niña secuestrada.

Un cuádruple homicidio con connotaciones sexuales es sólo el comienzo de una intensa ola de asesinatos que involucra a un detective de homicidios. Mientras todo el equipo corre contra el tiempo para prevenir futuras víctimas, las pruebas llevan a Tutuola y Deuthorn hacia un superintendente de edificio, sus dos hijos y una carga que llevar.

Una adolescente desaparecida, encontrada golpeada y atada en un edificio de dormitorios universitarios en construcción, afirma haber sido violada por tres estudiantes, pero a medida que avanza la investigación y la información obtenida por la policía y la prensa hace que su historia se desmorone rápidamente, la chica se retracta. Dado que Benson sigue convencida de que ocurrió una violación, el enfoque de la investigación se centra en el padrastro sobreprotector de la chica, quien ha resistido la investigación desde el principio. Cuando finalmente la chica dice la verdad sobre el ataque, se hace evidente que sus mentiras fueron calculadas para proteger a su inocente padrastro de la ruina física y financiera, ya que otra víctima de su agresor se presenta.

El detective Stabler se infiltra para determinar si un recién liberado bajo libertad condicional está volviendo a sus impulsos de violador.