El Coronel Jack O'Neill es sacado de su retiro para liderar una nueva expedición de regreso a Abydos, solo para encontrarse con un viejo amigo, un nuevo enemigo y un uso mucho más amplio del Stargate.

El General Hammond ha intentado de todo para revertir la decisión del Senado de cerrar su programa Stargate, pero el Presidente se niega personalmente a "cometer suicidio político": el Stargate será enterrado. La insistencia de Daniel -de que el peligro para la Tierra en su conjunto es más importante- convence a sus colegas de ignorar el mandato de Hammond y marcar la dirección desde la cual comenzó la invasión de los Goa'uld en la realidad alternativa que él visitó. Llegan no a un planeta, sino a una nueva nave espacial de tipo superior, ya lanzada por hiperimpulsión. Un "video" prueba que pertenece a Apophis, quien le da el mando a su hijo Klorel, cuyo huésped no es otro que el joven amigo abydónico del equipo, Skaara. Dominar a Skaara parece ser su mejor movimiento, mientras Sam instala explosivos en la cubierta de los planeadores de la muerte con un temporizador de 24 horas por si acaso, pero los Jaffa logran liberar a Klorel. Jack descubre que la nave va mucho más rápido de lo esperado.