Phoebe tiene una premonición en la que un ladrón poseido por un fantasma roba en un almacén. Las chicas acuden a Darryl y juntos logran eliminarlo pero una detective del departamento de policía logra grabar toda la escena.
Los Limpiadores decidirán cambiar la realidad haciendo que en el video grabado no aparezca el fantasma y quedara como que Darryl mató al asesino sin detenerle. Eso llevará al agente Morris derecho a prisión, pero las Halliwell llamarán la atención de Los Limpiadores nuevamente para negociar con ellos la libertad de Darryl. Estos se niegan, argumentando que las órdenes provienen del gran consejo mágico y las Embrujadas decidirán enfrentarse a un juicio del que no están muy seguras que vayan a salir enteras.
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