Los agentes Danny y Lindsay se enfrentan al asesinato de una joven disfrazada de sirena que yace bajo las aguas de la costa de Nueva York: vestida con un traje de lentejuelas azul, lleva ocho horas sumergida y enredada entre las algas. Los forenses determinan que la víctima fue asesinada en tierra y posteriormente arrojada al agua. Tras examinar el cuerpo y el disfraz de la víctima, encuentran la primera pista: un recibo con unas iniciales escritas. Siguiendo el documento, los detectives interrogan a Paul White, que reconoce que contrató a la víctima para actuar en un barco durante la fiesta de cumpleaños de su hijo. La investigación se complica cuando otro sospechoso se cuela en la investigación, ya que el barro encontrado en los zapatos de otro hombre, James Vackner, evidencia que estuvo muy cerca del lugar del crimen. Al otro lado de la ciudad, Mac y Stella tratan de resolver el misterio que rodea a la muerte de Mark Jeffries. Los forenses cuentan con la bala encontrada en el ojo de la víctima como principal pista en el caso. Stella interroga a Laura Jeffries, segunda mujer del fallecido, para realizarle la prueba que determina si existen restos de explosivos en las manos de los sospechosos: el test encuentra residuos únicamente en su dedo meñique. Pero pronto Kevin Davis, que mantiene una relación con la primera mujer de Mark y reconoce haber sentido celos del fallecido, confiesa ser el asesino. No obstante, las balas encontradas en la pistola de Kevin no coinciden con las halladas en el cuerpo de la víctima.