Chuck Rhoades (Paul Giamatti), un influyente y acomodado fiscal de Nueva York, investiga un caso de uso de información privilegiada vinculado al multimillonario Bobby "Axe" Axelrod (Damian Lewis). Axe dirige su propia compañía habiendo empezado de cero, sobrevivió a los ataques del 11 de septiembre y al colapso financiero de 2008, y ahora es el rey de los 'hedge funds' (fondos de inversión privados). Es atractivo, goza de gran prestigio, tiene en el bolsillo a la opinión pública y nadie se atreve a llevarle la contraria. Rhoades, creyente férreo en la justicia pero ambicioso, vislumbra este caso como la oportunidad que siempre ha esperado para hacer despegar su carrera. Pero descubre que Axe es un hueso duro de roer. Un problema añadido es que Wendy (Maggie Siff), su mujer, ocupa un puesto crucial como 'coach' y psicóloga en la empresa de Axe. Pronto ambos hombres se ven enzarzados en una encarnizada lucha de titanes en la que no dudarán en recurrir a sus mejores bazas -incluso al juego sucio- para vencer al otro a cualquier coste.

John Reese, un ex-agente de la CIA que resolvía las misiones más peligrosas, se ha dado a la bebida y vive como un vagabundo. El señor Finch, un filántropo millonario muy peculiar, le ofrece trabajo con el fin de crear una sociedad muy beneficiosa moralmente para ambos. Pone a disposición de Reese un mecanismo capaz de predecir los delitos, lo que le permitirá arrestar a los delincuentes y proteger a los ciudadanos.

Brooke, una ex bailarina profesional, y Cary, su hermano aspirante a actor, intentan encontrar su lugar en el mundo mientras luchan con sus sentimientos sobre el repentino ascenso a la fama de su hermano Chase de 13 años.