Jack (Matthew Fox) logra abrir los ojos, después de muchos esfuerzos. Se levanta poco a poco y la imagen que percibe es la de la arena de una playa. Su mirada se va adaptando a la situación y percibe que está cerca de la selva. Su mente trata recordar lo que le ha sucedido, cuando oye gritos desesperados y explosiones. De repente recuerda que viajaba en un avión. El vuelo no tenía problemas hasta que unas turbulencias hicieron que los pasajeros fuesen sacudidos de forma violenta. Y a continuación.una fuerte explosión. Luego.el vacío. Jack descubre que el avión se ha partido, por lo que intenta buscar la otra parte para saber si hay más supervivientes. Pero, sobre todo, para averiguar si hay algún equipo de radio que permita informar de la localización del accidente. El silencio de la noche, que envuelve al resto del avión y a los supervivientes que tratan de asimilar lo sucedido, se rompe con un terrible estruendo. Parece que la isla esconde un misterio aún por descubrir.

Jack (Matthew Fox) y Kate (Evangeline Lilly) deciden buscar el receptor que puede encontrarse en la otra parte del avión siniestrado. Los supervivientes han construido un campamento en la playa. Cuando tratan de curar a los heridos y de reponerse de lo ocurrido son atacados por una extraña criatura. Entre tanto, piensan en sus vidas antes del accidente, en las que hay más de algún secreto que no quieren que sea desvelado. Después de encontrar el receptor descubren que está dañado. Sayid (Naveen Andrews), un ex guardia de la dictadura iraquí conseguirá arreglarlo. Pero para poder enviar una señal deberán hacerlo desde más altura. Se forma un grupo expedicionario que intentará subir a lo más elevado de la isla para enviar una señal de socorro. La expedición resulta atacada por un oso blanco, que es abatido por Sawyer (Josh Holoway). El receptor recibe una señal de socorro que fue enviada hace 16 años. Charlie (Dominic Monaghan) se pregunta en qué lugar se encuentran.