Trece se enfrentará a una situación extrema debido a los ensayos clínicos a los que se está sometiendo para poder estudiar su enfermedad. La doctora sufrirá unas inesperadas reacciones adversas que le podrán costar muy caro. Como consecuencia, Foreman, el responsable de las pruebas y actual pareja de Trece, está dispuesto a poner en juego su carrera profesional. Cuddy, por su parte, le da a House una dosis de su propia medicina. Tras unos días de baja por maternidad, la directora del hospital se ve obligada a volver a su puesto de trabajo después de que fuese ocupado temporalmente por Cameron. Ahora que Cuddy ha vuelto, ésta descarga sus frustraciones en House y le hace la vida imposible: le roba su bastón, le cierra los ascensores para que tenga que usar las escaleras… En el terreno clínico, House y su equipo atenderán a una ex investigadora de cáncer que ha sufrido un extraño desvanecimiento en mitad de una clase de cocina. Una vez más, el polémico doctor se inmiscuirá en la vida privada de la paciente para diagnosticarle su enfermedad. La enferma dejó de lado una carrera profesional prometedora para encontrar la felicidad personal y ni House ni el resto de los médicos comprenden cómo pudo dejar su profesión en beneficio propio.