Las hermanas aprovechan la circunstancia de su supuesta muerte para comenzar una nueva vida al margen de la magia, con nuevas identidades obtenidas gracias a un hechizo que deja ver su apariencia real sólo a sus seres más allegados. Phoebe, ilusionada con su nueva vida, se sorprende al ver en su funeral al reconocido artista Dex Lawson y aún se sorprende más cuando tiene una premonición en la que se ve casada con él. Por su parte, Piper está un poco paranoica pensando en que los demonios descubrirán que aún estan vivas y Paige sucumbe a la llamada de la magia al atender la llamada de una nueva pupila, la joven bruja Billie.

La joven bruja queda congelada repentinamente cuando está a punto de derrotar a un demonio y se ve asaltada por visiones de su infancia en las que revive el secuestro de su hermana. Cuando regresa a la mansión, lanza un hechizo para borrar los recuerdos, pero no funciona como ella esperaba. Se da cuenta entonces de que el demonio que combate pudo ser el responsable del rapto. Mientras tanto, las hermanas han estado bombardeadas por la prensa desde que se anunció que estaban involucradas con el agente Murphy y Homeland Security. Con el objeto de acabar con el asedio, Paige acude a los Ancianos para pedir ayuda. Entretanto, Phoebe le confiesa a Dex su personalidad mágica y deciden aflojar el ritmo de su relación al considerar que se están precipitando.

Murphy solicita la ayuda de las hermanas para localizar a un demonio. Cuando comienzan la búsqueda descubren que un virus está infectando todo el mundo mágico. Billie, que ha acudido a la Escuela de Magia para averiguar datos sobre la desaparición de su hermana, queda infectada por el virus y las Halliwell deben unir sus fuerzas para encontrar un antídoto antes de que sea tarde. Por su parte, el abogado Henry Mitchell visita de nuevo a Paige y le entrega un bebé para que lo cuide mientras él localiza a su padre. La bruja se da cuenta de que sólo es un pretexto que ha ideado el joven con la intención de verla de nuevo.