En uno de los episodios más célebres de la serie, Rick, el novio de Maggie, fallece aplastado a causa de la caída de un satélite, reafirmando a todos aquellos que creen en la "maldición de O'Connell". Por otra parte, Maurice vende una casa a dos amigos que quieren montar un hotel en ella, y con los que siente una particular afinidad debido al buen gusto del que hacen gala y a sus conocimientos culinarios, aunque pronto se horrorizará al enterarse de que son una pareja gay y de que le tienen en alta estima. Shelly, mientras tanto, se muestra celosa a causa de la buena sintonía existente entre Holling y una vieja amiga suya que ha venido de visita.

Ed acude al Brick para informar a Holling de que han encontrado los restos de Jessie, el oso. Pese a haber sido enemigos acérrimos durante años, Holling se deprime a causa de la muerte de su némesis. Por otra parte, la llegada a Cicely de un paquete recubierto de sellos de decenas de países, a nombre de un completo desconocido, suscita un debate sobre la conveniencia de abrirlo o mantenerlo cerrado. Mientras se dirime la cuestión, un grupo de turistas japoneses llega al pueblo para llevar a cabo un curioso ritual…

Maggie encuentra en su jardín un yacimiento arqueológico compuesto por los antiguos útiles de una mujer india. Maurice, presto como siempre a hacer negocio, quiere convertir el lugar en una excavación. Maggie, indignada por su falta de escrúpulos, decide declararles la guerra a los hombres en general. Por otra parte, Ed empieza a tener pesadillas apocalípticas y a preocuparse por el futuro de la humanidad, mientras que Holling acoge a un joven fugitivo con el que se siente identificado ignorando que se ha enamorado locamente de Shelly.

Maurice va a montar una gran fiesta para celebrar el 25 aniversario de la K-OSO, pero cuando Maggie reparte las invitaciones para el evento, Joel descubre con sorpresa que nadie ha contado con él. Shelly, mientras tanto, busca desesperadamente el modo de reemplazar la carísima botella de vino de Maurice que ha roto accidentalmente. Por otra parte, Adam y Eve regresan a Cicely para presentar a su vástago, Aldrich, y Adam decide demostrar sus habilidades culinarias preparando un plato muy especial.

El hijo de Maurice regresa a Cicely para recibir la bendición de su padre de cara a su próxima boda. El problema es que la novia podría ser la hija de un sanguinario Coronel norcoreano, al que Maurice odia profundamente. Por otra parte, Ed decide mantener viva su lengua nativa, el Tinglit, doblando El Prisionero de Zenda, y Holling busca desesperadamente un remedio para aliviar la tensión sexual que siente desde que a Shelly no le apetece acostarse con él y se ha visto privado de sus "cuatro raciones" al día.

La Aurora Boreal brilla en todo su esplendor provocando un extraño efecto en los habitantes de Cicely: éstos empiezan a intercambiarse sus sueños, descubriendo de este modo algunos de sus secretos. Así, Ron, uno de los copropietarios gays del hotel del pueblo, sueña que es un fetichista de los zapatos femeninos, y descubre que el sueño pertenece en realidad a Maurice, el cual, molesto al verse pillado con las manos en la masa, acusa a Ron y a su pareja, Erick, de ser unos tramposos jugando al póquer.

Tras ocho años como pareja, Ron y Erick deciden casarse a lo grande, con fiesta, lista de bodas, menú para gourmets y mucha música clásica. Maurice se enoja, pues considera que se están burlando de una sagrada institución. Mientras tanto, Maggie empieza a sentirse mareada y se ve aquejada por una náusea crónica. Convencida de que su cuerpo está reaccionando negativamente a su relación con Joel y al comportamiento progresivamente romántico y amable de éste, Maggie decide cortar por lo sano.

Los cicelianos son mordidos por el bichito de la actuación teatral cuando Michelle organiza una producción de "Bus Stop". Pero a medida el espectáculo avanza [N.del T.:juego de palabras con "continúa"], Chris (como Bo, el protagonista) sufre problemas de intimidad con el personaje de Maggie; Eric sufre una gran decepción sobre su talento; y las diferencias creativas y celos mezquinos se deslizan en los ensayos.