Sam se enfrenta a una intensa escrutinio durante una investigación oficial sobre las muertes de dos hermanos mientras estaban en prisión. Sus hallazgos son pronto desafiados por su colega, Leo Dalton, quien es llamado para realizar una segunda autopsia. Mientras tanto, una serie de asesinatos que están ocurriendo levantan sospechas sobre un exconvicto recién liberado. Él pasó años en prisión después de ser condenado por el asesinato de su esposa; las pruebas en su contra fueron presentadas por Sam durante uno de sus primeros casos. Sin embargo, durante su tiempo en prisión, él continuó negando su culpabilidad. Sam comienza a creer que alguien la está acechando, mientras que la policía tiene problemas para localizar al exconvicto.

Sam y Leo, patólogos colegas, están en lados opuestos de un caso judicial de alto perfil.

Questions about a celebrated pathologist's accuracy in past cases leads to several exhumations; Sam Ryan is assigned to reexamine the remains. One particularly brutal murder conviction depends on the time of death being precise. Two crucial witnesses are found: one on her deathbed, anxious to get something off her chest, and the other dead behind a remodeled wall.