Dexter se siente como si estuviera haciendo un pacto con el diablo cuando simula civismo estando con Miguel. Dexter se encuentra en una serie de movimientos que parece ajedrez contra su amigo, y solo espera que Miguel no le gane. Mientras tanto Dexter observa sin poder hacer nada, como Miguel se acerca más a Rita con un regalo de boda extravagante. Debra, ahora junto a Antón después de su experiencia con el asesino el Skinner, se pone a pensar si su relación con Antón vale la pena como para perder su carrera. Después de todo se pregunta si seria inteligente que todos sepan que su novio era antes un informante confidencial.

Dexter usa lo aprendido con el Hermano Sam para seguir algunas nuevas pistas en la investigación del Juicio Final. Debra discute con la capitán LaGuerta por el caso de una chica de compañía asesinada.

Dexter trata de averiguar quien será la siguiente victima de los asesinos de Doomsday antes de que sea demasiado tarde. Debra tiene una fuerte reacción en la escena del crimen, lo que le lleva a la conclusión de que ella se apoya demasiado en su hermano.

Fuera de prisión, Isaak (mafioso ucraniano con sed de venganza y pinta de villano de cómic demente) vuelve a perseguir a Dexter, mientras que Quinn continúa su lucha contra Koshkas. Dexter intenta esconder su relación con Hannah a Debra, pero una visita sorpresa de sus hijos, Astor, Cody y Harrison, perturba sus planes. Deb ha perdido a otro potencial novio a manos de la Parca. Y ella sabe que Hannah McKay (Strahovsky Yvonne) es responsable de su asesinato. Desde que el asesino en serie se enamoró de Hannah (le comprendemos), Dexter tiene que tener cuidado con Debra porque sabe que si las junta solo una saldrá viva de la pelea de gatas que se organizará. No sabemos quién va a ganar, pero la tensión ya es palpable.