Algunos años después de que su adinerado padre muriera de un ataque al corazón enfrentando a un intruso - quien huyó con las manos vacías - Vicky Anderson pide a Sandra y al equipo que intervengan, ya que el clarividente Sebastian Carter, supuestamente habiendo tenido contacto con el difunto, afirma que conocía al agresor. Sandra es escéptica, sintiendo que Carter está en complicidad con el posible ladrón y utilizando a Vicky para obtener lo que quería esa noche. El rastro lleva a Penny, la hermana adoptiva de Vicky, acogida por Anderson después de que su padre muriera en prisión cumpliendo una condena por fraude, y a Simon Beswick, compañero de celda, quien le dice al equipo que cree que Anderson también era culpable de fraude y que el ladrón era un socio traicionado en el crimen por el botín. Sandra aún no está segura si Carter es un cómplice o un inocente engañado, aunque cuando el caso se cierra, su interpretación de los sentimientos de su padre la acerca más a su medio hermano Tom.