El famoso detective belga Hercule Poirot (encarnado con gran talento por David Suchet) se enfrenta a casos enrevesados en los que usualmente hay asesinatos, a veces en colaboración el Inspector Japp o bien con el Capitán Hastings. Además de las convincentes actuaciones, la serie goza de rica ambientación y de cierto grado de fidelidad literaria de las fuentes originales (las novelas y cuentos de Agatha Christie)

Doctor Who es una puesta al día de la serie de televisión del mismo título que, emitida por la BBC entre 1963 y 1989, llegó a convertirse en una de las más longevas de la historia de la pequeña pantalla. En ella acompañamos en sus aventuras a El Doctor, un misterioso y divertido alienígena de aspecto humano que viaja a través del tiempo y el espacio para combatir el mal en sus más variadas y estrambóticas formas a bordo de lo que parece una cabina de teléfonos de los años 50. A su lado van pasando una serie de acompañantes, la mayoría humanos, que comparten sus aventuras.

Drama sobre una unidad de policía, formada por detectives retirados y un jefe que ha sufrido mucho, que investiga crímenes sin resolver.

En un mundo donde todos desarrollan un poder al cumplir 18 años… todos menos Jen. Va a cumplir 25 y sigue esperando su superpoder. Lo cierto es que no le pondría pegas a casi nada: ¿Súpervelocidad? ¿Ojos láser? ¿La capacidad de no fallar nunca al conectar un USB? Lo aceptaría todo. Jen se siente como una oruga rodeada de mariposas, incapaz de avanzar, atrapada en un trabajo sin salida en una tienda de artículos para fiestas. A veces sale con Luke, un joven bastante impresentable con la irritante y genial habilidad para volar. Afortunadamente, Jen cuenta con su amiga Carrie para evitar que se compadezca demasiado de sí misma. En un mundo grande y confuso, con muy poca esperanza y mucha desesperación, Jen emprende su viaje para encontrar su superpoder.