Un Rembrandt robado, presumiblemente quemado en un incendio de un museo, aparece en un baúl de 90 años de antigüedad, y las pruebas apuntan al abuelo honrado del Capitán Eddie como el ladrón. Mala suerte, ya que el Comisionado estaba encantado de anunciar la nueva dirección de la Estación 24: 4791 Giuseppe Penisi Way. Mientras tanto, Ike gana dinero fácil con el desafío "¡Cómelo!", hasta que una búsqueda en la Dark Web atrae hackers que vacían su cuenta bancaria y visitantes inquietantes con nuevos y perturbadores platos de "¡Cómelo!". Eddie quiere desafiar a su padre y delatar a su abuelo, mientras que el Comisionado quiere destruir la pintura para preservar el legado familiar, pero al final solo un Penisi se ríe por último.