El sheriff de Eureka, Henry Deacon y "Jo" Lupo irrumpen en la cafetería para detener a un hombre, pero cuando Carter pone su mano encima del hombre sufre una pérdida de memoria temporal y vuelve en sí dándose cuenta que ha disparado accidentalmente a Henry (Joe Morton). 24 horas antes Carter se encontraba charlando con Allison sobre unos expedientes sobre el mismo que no le dejan ver al estar clasificados cuando ambos entraron en la misma cafetería y Henry les había presentado a dos viejos amigos Kim (Tamlyn Tomita) y Jason Anderson (Andrew Airlie) a los que va echar una mano en un proyecto que preparan para Nathan Stark. Jason será el que al día siguiente provoca la pérdida de memoria en el sheriff al tocarle. Jason es un hombre con numerosas patentes al que las universidades se rifan. En casa Carter tiene problemas con su hija Zoe (Jordan Hinson) que está muy interesada en el taller de teatro del colegio pero cree que su padre nunca ha prestado atención a su vena artística. El le explica que en Eureka será totalmente diferente ya que dispone de mucho más tiempo libre para dedicarle a ella, pero se da cuenta que le hará falta mucho tiempo cuando conoce al director teatral amigo de su hija, un chico de 12 años de aspecto raro llamado Putnam (Samuel Patrick Chu).

El magnate local y responsable de la producción local de inventos, Stark, decide que es hora de probar un nuevo invento secreto, una máquina del tiempo. Esto hace que la tranquila población de Eureka viaje hasta el año 2010, y lo que se encuentran sus habitantes no parece excesivamente halagüeño, ya que el pueblo ha cambiado sustancialmente.

Un hombre, inexplicablemente comienza a arder. Carter y Deacon intentan volver a climatizarse al lugar en el tiempo que recuperaron.

El proyecto de Henry en el que lleva trabajando 20 años vuelve con más pasajeros de los que se llevó.

Jack investiga las muertes de científicos que se ahogaron en circunstancias muy poco líquidas.