Los vecinos Clive Harris y Stuart Parsons no son precisamente los mejores amigos, por decirlo suavemente. Cuando Oscar Blaketon intenta mediar entre sus familias, la esposa de Parsons, Frances, y su yerno John Nixon son llevados de urgencia al hospital con síntomas de intoxicación alimentaria. Naturalmente, Harris cae bajo sospecha, pero cuando Gina se enferma con los mismos síntomas, el oficial Bradley está seguro de que hay otra razón. Mientras Gina está en el hospital, su tía Mary viene a Aidensfield a visitarla. Bernie vende un coche a Laslo Riles para Claude Greengrass, pero cuando Riles se declara en bancarrota antes de poder pagar, Greengrass lo obliga a pagar de otra manera. Así, el viejo sinvergüenza se convierte de repente en el orgulloso dueño de una serpiente.

John Atkins está enfadado con Oscar Blaketon, culpándolo por perder su queja contra su vecina Viv Chivers, quien quiere ampliar su casa. Atkins incluso amenaza a Blaketon en público. Y realmente alguien está intentando perjudicar a Oscar Blaketon. Primero se destruye una fotografía de él y el asunto se intensifica cuando alguien intenta sabotear su coche. Pero no puede ser Atkins, ya que tiene coartada. Ellen Taylor llega a Aidensfield en busca de su hijo Barry, cuya última señal de vida fue en el pueblo hace seis meses, y le pide ayuda a Oscar Blaketon. Es el cumpleaños de la tía Peggy y David quiere sorprenderla con una cena para dos en el Aidensfield Arms. Pero su sorpresa se arruina por la llegada de su antiguo amor Maurice, a quien no ha visto en 20 años y las viejas llamas siguen ardiendo. Phil evita ir al pub después de romper con Gina y ella le pide a Oscar y Rob Walker que hablen con él.