Gerry está personalmente involucrado cuando se descubre el cuerpo de Martin Ackroyd, su primer inspector cuando se unió a la CID, que había estado desaparecido durante treinta años. Los principales sospechosos son los exoficiales Bryant y McCabe, a quienes Ackroyd creía corruptos y que ahora están involucrados con el criminal de carrera Dominic Chapman, al igual que el exsuperior de Ackroyd, Ronald Sainsbury, quien conspira con ellos para desacreditar a Gerry. Gerry localiza a Tommy Naylor, otro delincuente al que el difunto tenía en la mira y a quien Bryant y McCabe intentaron en vano incriminar. Gerry decide tomar la ley en sus propias manos después de que amenazan a su hija Caitlin, pero esto solo lo hace parecer culpable del asesinato a los ojos de Sasha.

Con evidencia que sugiere que su porra fue el arma del asesinato y una acusación inventada de agresión de Sainsbury, las cosas se ven sombrías para Gerry, pero el DAC Strickland está seguro de su inocencia y lo deja ir. Con hombres peligrosos persiguiéndolos, Gerry huye con Danny, a quien le cuenta que Ackroyd era tan corrupto como cualquiera de los otros sospechosos y estaba en la nómina de Chapman. Recurren a Tommy Naylor, quien los dirige hacia el honesto Ted Case, otro oficial retirado, y él les proporciona evidencia de la implicación de Ackroyd con Chapman. Esto a su vez lleva a Gerry de regreso a Bryant y McCabe, y se realizan arrestos, seguidos de recriminaciones, trucos, un funeral y una partida.