Los forenses neoyorquinos acuden al Museo de Historia Natural en el que una empleada, Ceci Astor, ha sido asesinada. La víctima, nieta de una adinerada familia que da nombre a un ala del museo, se encuentra parcialmente devorada por los escarabajos. En la escena del crimen, Stella descubre un puñal manchado de sangre y la autopsia determina que la víctima tenía una hendidura en el cerebro. Mac interroga a un asustado joven que declara ser testigo del crimen, a quien Carolyn Astor, hermana de la fallecida, y su marido niegan haberle visto antes. No obstante, las huellas encontradas en el puñal coinciden con las de un empleado del museo que, casualmente, es el padre del testigo. El registro del apartamento de la víctima hará que la investigación de un vuelco: la fallecida guardaba en su congelador un frasco con sangre que concuerda con el ADN del testigo. Por otra parte, Danny y Flack examinan el cuerpo de Jim Morris, hallado en un paseo construido recientemente. En un contenedor cercano, los forenses localizan un recipiente que contenía espuma aislante, sustancia con la que el asesino bloqueó las vías respiratorias de Morris. Examinando la ropa de la víctima encuentran restos de materiales utilizados en la fabricación de utensilios de golf, un deporte que goza de gran popularidad entre los trabajadores de la construcción. Un logo encontrado en el green y unas iniciales ayudarán a esclarecer este misterioso crimen.