Mac Taylor se encuentra sentado junto a Ned, un hombre visiblemente nervioso, en el avión que les llevará a Washington. Mientras intenta tranquilizar a su compañero de viaje durante unas turbulencias, el jefe del C.S.I. observa una actividad inusual cerca de la cabina de mando. Cuando Taylor se acerca a una azafata, descubre que la joven ha hallado a un hombre mortalmente apuñalado en uno de los baños. Mac descubre en una cartera la identificación de Roger Stockwell, un oficial de las fuerzas aéreas, y una funda de pistola vacía. Poco después, Taylor inicia la búsqueda de evidencias dentro del avión y descubre un asiento vacío, el que ocupaba James Turner. Tras tomar las huellas dactilares de la víctima, Mac se las envía a Lindsay, quien le informa que pertenecen a Anton Greenway, un presidiario que logró escapar el día anterior. Flack y Danny acuden a la habitación del hotel donde se alojaba Stockwell, donde descubren que éste recibió un disparo en la cabeza. Entretanto, el avión aterriza y un equipo del C.S.I. espera en la pista para examinar el equipaje en busca de pruebas e interrogar a los pasajeros. Mac descubre que James Turner tiene una segunda familia en Washington, situación que ignora su primera esposa. En el interior del avión, Stella y Hawkes descubren 250.000 dólares canadienses escondidos dentro de un chaleco salvavidas. Cuando Sid realiza la autopsia a la víctima, descubre restos de espermicida, así como las letras “IKELIMM” en su mano, que resultan ser las coordenadas del aeródromo de St. Andrew.

Stella acude junto a Brendon, su nueva pareja sentimental, a la gala benéfica organizada por Stewart Kaplan, vicealcalde de la ciudad. La fiesta concluye abruptamente cuando cientos de globos caen del techo junto al cadáver del anfitrión. Bonasera examina el cuerpo y comienza a procesar el escenario en busca de las primeras evidencias del caso. La investigación se complica cuando un gran número de policías neoyorquinos, enfadados por la decisión del alcalde de demorar el pago de sus salarios debido a la crisis económica, presentan una baja por enfermedad, por lo que el C.S.I. se ve obligado a trabajar en el caso sin el apoyo policial. Tras recabar diversas pruebas, los forenses investigan a tres posibles sospechosos: un inspector de policía de la ciudad, un magnate de los medios de comunicación que deseaba hacer pública la trama de corrupción financiera en la que el vicealcalde estaba implicado y el hijo adolescente de Kaplan.