Nos adentramos en el pasado de Aoife Cassidy, rastreando sus días en el convento, sus regalos peculiares y llevándonos directamente a la puerta del Padre Percy la noche del asesinato. Pero no todo es lo que parece. Colman y Massey trabajan juntos para capturar al verdadero culpable detrás del asesinato del Padre Percy, pero hay figuras más oscuras en las sombras que aún caminan libres. Lorna está cerca de entender cómo su hija fue ocultada, pero un abrupto final cuestiona su cordura. Encontrar a Aoife por fin le trae a Lorna la paz que necesita, aunque Colman no lo ve de esa manera en absoluto. Como gesto final, Colman trae algunas buenas noticias.