El doctor Pratt presiona a los internos, Abby, Neela y Ray, para que realicen al menos 25 altas durante su turno. Mientras Ray se las ingenia para que sus altas sean las más rápidas y sus peticiones se resuelvan del mismo modo, Neela, que todavía no se siente muy segura, debe ayudar a un aterrorizado enfermo de leucemia. Mientras, Abby aplica una medicación a un paciente expuesto al virus del Sida que sólo se debe aplicar a los médicos que han sufrido algún contagio por pinchazo.

Un paciente de aspecto siniestro y con una pequeña maleta se desmaya en la sala de espera. El Dr. Kovac, Abby y Sam se hacen cargo, detectan una gran perdida de sangre, probablemente relacionado con una ulcera. El Dr. Pratt se muestra poco receptivo con el paciente al saber que proviene de un centro penitenciario. El cuadro clínico que presenta es tan desesperanzador que el propio paciente rechaza cualquier medida especial. El cuadro médico apoya su decisión. Solo hay tiempo para contar a unos desconocidos su maltrecha vida.

Desde que Lewis ha ascendido el servicio de urgencias ha mejorado, pero Weaver la exige mejores resultados. Lewis quiere que los residentes a su cargo sean también responsables administrativamente. Enfadada, Abby sale a la puerta de urgencias cuando unos jóvenes solicitan auxilio para un herido. Introducida violentamente en el vehículo el espectáculo que Abby se encuentra es dantesco: un joven de raza negra está herido de bala y sus compañeros de banda exigen que le salve la vida sino quiere morir ella.

En un esfuerzo por satisfacer mejor a los pacientes, Lewis ordena a Kovac que enseñe a los residentes a implicarse más con sus pacientes. Kovac opina que, siendo un hospital universitario, es preciso entretenerse con casos perdidos para aprender procedimientos. Durante un tiroteo dos jóvenes de color son heridos, muriendo uno de ellos. Neela, que ignora que la identidad de los jóvenes está cambiada, al informar de la muerte de uno de ellos, provoca un estado de histeria en la abuela. Una joven ingresa por numerosas heridas producidas por su hermano que sufre trastornos por los que está medicado. Wen descubre que las laceraciones son más habitual de lo normal, poniendolo en conocimiento de los serivicio sociales. Abby se reinconpora al trabajo, pero la visión de los heridos de bala la hacen abandonar, solo Jake con el que se encuentra casualmente en el metro la aliviará, decidiendo volver a su trabajo.

Pratt trata a un niño que tiene un rasguño sospechoso en el estómago y le deja marcharse antes de que Wendall lo limpie. Más tarde, el chico es llevado de nuevo al hospital porque unos matones le han dado una paliza. Por otro lado, Susan podría ser despedida si no consigue aumentar los ingresos, así que trata de conseguir múltiples subvenciones. Luka y Dubenko discuten sobre el tratamiento de un paciente y Jake cambia sus turnos con Jane para poder trabajar por las noches con Neela y poder salir con Abby.

Weaver atiende a Helen Kingsley (Frances Fisher), una paciente que, mientras está siendo atendida le dice a la doctora que en realidad es su madre biológica; la madre que con apenas 15 años la entregó en adopción. Esta noticia hace que la doctora tenga un descomunal enfado y que lo pague con el servicio de urgencias. Pero su madre biológica, tras salir del hospital, insistie en verla, y ambas se citan. Durante el encuentro, Weaver le comunica que es lesbiana y madre soltera. La reacción de la mujer no es la que esperaba la doctora, ya que Helen no se muestra comprensiva y rechaza, debido a sus creencias religiosas, la opción sexual de Weaver. Abby acepta salir con Jake, que ha terminado su rotación en urgencias. Por su parte el doctor Pratt atiende al Sr Fishler, un enfermo con alzheimer. Su hija, Jane (Sara Gilbert) insiste al médico para que su padre sea llevado a una clínica especializada ya que se encuentra desesperada por no poder atenderlo adecuadamente.

Una joven ingresa en urgencias con infarto embolico. Abby descubre que la mujer está sufriendo mucho, ya que está consciente pero no se puede mover. Para que puedan quitarle el trombo, deben practicarle una operación muy delicada, por lo que su esposo debe firmar la autorización. Neela y Ray deciden visitar a un niño, que habían atendido con anterioridad en urgencias, para saber cómo se encuentra. Ambos descubren que el hombre que lo había acompañado no era su verdadero padre, y que vive solo junto a sus hermanos. Pero, no es el único secreto que desvelarán con su visita. Carter recibe una llamada desde África de Mankemba (Thandie Newton), esto hace que rompa el idilio que mantenía con Wendall y vuelva a replantearse su relación con Mankemba.

Carter no quiere continuar en Chicago y quiere irse con Kim para trabajar en África. Ray y Morris son invitados a una fiesta que se celebra en el porche de un edificio en la que un accidente provoca varios heridos. Los titulares del servicio de Urgencias están celebrando una fiesta de despida a Carter. Y entre ellos se encuentra Abby, que recibe la llamada de Ray para que le ayude a atender a los heridos de la fiesta. Pratt se arma de valor, y decide ir a ver a Charlie (Danny Glover), su padre, mientras Sam y Luca buscan a Alex, que se ha fugado con una tarjeta de crédito.

Alex, el hijo de Sam se ha escapado de casa. A la preocupación habitual se suma la problemática de que el niño es diabético. Sam teme que el niño no quiera volver e inicia una frenética y desesperada busqueda en la que solicitamente le acompaña Luca. Los residentes en el hospital supervisan a los internos. El interno de Nila no para de cometer errores básicos, por lo que se ve en la obligación de llamarle la atención.

Clemente está aterrorizado con los mensajes que le manda el exmarido de su novia. El exmarido de Sam ingresa en el hospital y en principio sospechan que puede fingir estar enfermo para salir de la cárcel. Greg, se queda sorprendido al llegar al campamento de África al comprobar las condiciones en las que están.

Clemente está muy irritable y eso repercute en el trabajo. Cuando su actitud le lleva a la agresividad, el hospital decide que le evalúe un psiquiatra. La alegría de Neela con la noticia de que hará la residencia en cirugía, es anulada cuando le comunican la muerte de su esposo en Irak.

Un abuelo y su nieto están heridos por un accidente con una motosierra, dejando a Luka en una situación muy complicada con uno de ellos.

Es Acción de Gracias y todo el mundo prepara la fiesta.

Luka, Sam y Gates tratan a una mujer que sufre de lo que parece ser una insuficiencia hepática, pero, ¿estarán en lo correcto?.

La cena que Luka ha preparado cuidadosamente para el equipo resultará una gran sorpresa para Abby cuando descubra el verdadero motivo de la misma.