Simone entra en contacto con Ferdinand Hollie, un antiguo informante, quien quiere ayudarlo a capturar a un par de traficantes de drogas colombianos que mataron a una joven en su fuego cruzado. Pero Hollie, un adicto a las drogas que es VIH positivo, tiene su propia agenda para robar a los colombianos. Mientras tanto, Russell es emparejado con el sargento Ray Kahlins, un "fanfarrón" de la unidad federal antidrogas que está más interesado en cobrar horas extras que en atrapar a otro par de traficantes de drogas durante una vigilancia. Pero las tácticas arrogantes de Kahlins y su falta de respeto hacia Simone y su informante Hollie ponen en riesgo ambos casos. Además, Medavoy y Martinez investigan el asesinato de un sacerdote de Santería encontrado en un alcantarillado local e intentan vincular a un oficial de libertad condicional y a un reciente liberado con el crimen.

Los detectives interrogan a un grupo de sospechosos poco recomendables después de encontrar a un hombre bien vestido muerto en un parque. El equipo intenta mantenerse optimista mientras le dicen a Simone que necesitará un trasplante de corazón.