Después de una redada fallida que mata a un hombre inocente, el joven DS Steve Arnott enfrenta la desgracia. Sin embargo, es transferido al equipo de anti-corrupción, cuyo jefe, el superintendente Ted Hastings, le asigna un "caso muy especial" para investigar: DCI Tony Gates, recientemente premiado por su conducta heroica, pero con una tasa de arrestos sospechosamente alta. Hastings intenta acusar a Gates de soborno menor, en vano, y no sabe que el casado Gates ha encubierto un atropello mortal cometido por su amante, la empresaria Jackie Laverty. Mientras tanto, la DC Kate Fleming se une al equipo de Gates y le dice a Steve que lo está investigando desde adentro tras las muertes de dos narcotraficantes.

Después de haber sido engañado para encubrir el atropello y fuga de Jackie, Gates está desesperado por romper lazos con ella. Pero a medida que Arnott y Fleming se acercan a su secreto, Gates se ve envuelto en una situación aún más peligrosa.

Gates, golpeado inconsciente por los atacantes, manipula pruebas, escondiendo un vaso de whisky antes de que llegue la policía para descubrir que Jackie ha desaparecido. Él afirma que acaba de llegar allí él mismo. Hastings y Arnott lo interrogan sobre su relación con Jackie y él admite que fue una antigua llama pero niega tener conocimiento de su lavado de dinero. Arnott se excede al confrontarlo con evidencia que sugiere que estuvo en la casa de Jackie cuando ella fue asesinada, pero se ve desesperado. Gates es apartado del caso y más tarde, mientras investiga el asesinato de Wes, es agarrado por hombres enmascarados y un niño malvado que lo amenazan con culparlo del asesinato de Jackie a menos que se haga cargo de su red de lavado de dinero.