La familia Gallagher está de celebración porque Lip se gradúa en el instituto, así que le preparan una fiesta sorpresa. Mientras tanto, Frank se centra en ganar una apuesta.

Fiona se instala en un correccional mientras Frank se recupera de su post-operatorio con algún que otro delirio familiar. En casa, Lip se ve obligado a asumir una visita imprevista de los servicios sociales al tiempo que hace un favor a Amanda. Debbie conoce a un chico nuevo.

Vuelven los Gallagher, aunque en realidad nunca se fueron. Seis meses después de que Fiona se haya marchado en busca de una nueva oportunidad, la familia más desastrosa pero más entrañable de Chicago sigue tratando de sobrevivir a sus propias decisiones. Debbie se ha erigido como la nueva matriarca Gallagher y no pasa ni una a sus hermanos, empoderada en parte gracias al dinero que Fiona le dejó antes de irse. Lip se prepara para ser padre mientras surfea los altibajos que supone mantener una relación con Tami. Frank sigue buscando maneras de prosperar, aprovechándose del tráfico de medicamentos con la ayuda de un viejo conocido. Carl debe decidir qué hacer con su vida al acabar la escuela militar. Y Liam se ha propuesto indagar en sus orígenes con la ayuda de V y Kev, quien a su vez afronta una crisis de identidad. Para más inri, Ian ha salido de prisión y se ve envuelto en una trama de corrupción liderada por su propia agente de la condicional.