Una mujer es secuestrada en los aparcamientos de unos grandes almacenes, violada, golpeada y abandonada por muerta. Sara se ocupa de recoger todas las pruebas posibles de la mujer y poco a poco se va sintiendo unida a ella. Catherine y Warrick deben testificar en el juicio sobre un tiroteo. El oficial que investigó el caso ha dimitido y ahora ellos deben aclarar qué fue lo que pasó. Catherine tiene de nuevo problemas con Eddie cuando éste pide una segunda hipoteca sin su permiso.

El hijo del archiconocido Sam Braun es hallado muerto en su domicilio de un supuesta sobredosis,pero un examen más minucioso del cadáver revela que Braun había estado atado, lo que condujo a Grissom a creer que habían forzado a la víctima a tomar cantidades letales de heroína y, quizás, otras drogas.

La muerte de una joven lleva a Grissom y a Catherine a investigar el mundo clandestino de los clubes fetichistas de Las Vegas. El cuerpo fue encontrado en un parque y debido a las marcas de ligaduras y de latigazos en su cuerpo, el grupo cree que el crimen fue violento, pero con una investigación más minuciosa se descubre que la víctima trabajaba en un club fetichista clandestino. Mientras tanto, Warrick y Sara acuden a la escena del crimen para investigar un tiroteo, que inicialmente parece haber tenido lugar durante un robo.

Mientras Grissom se encuentra fuera, Warrick se encarga por primera vez del grupo durante la investigación del asesinato de un timador, que se había quedado con el dinero de algunos turistas y que acaba siendo tiroteado y asesinado en una zona de aparcamiento. El principal sospechoso en el caso parece ser la hija del Capitán Brass, que hace que el propio Brass se aparte de la investigación en lo profesional, pero no en lo personal. Mientras tanto, las pruebas físicas del caso llevan a Sara a investigar una operación falsa tras descubrir que el dinero encontrado en la víctima era falso.

Los cadáveres de mujeres diametralmente opuestas, una rubia insulsa y otra morena tatuada, son hallados juntos en la misma escena. Grissom, Sara y Warrick se encargan de este caso, dejando en manos de Cath y Nick la muerte por disparo de un cazador en medio de una reserva de caza.

Steele y Molina se enfrentan en un combate de peso medio de boxeo llamado Venganza en el desierto. Steele muere y el equipo del C.S.I. es llamado para averiguar qué o quién es responsable. Además, se produce tras el combate de boxeo una pelea entre bandas que concluye de forma violenta en el aparcamiento de un casino. Por otra parte, Nick trabaja en el caso de un robo perpetrado en la tienda de joyas de un hotel. Para descubrir al responsable del delito, el investigador analiza diversas muestras de sangre halladas en el escenario.

Un tiroteo en el antiguo barrio de Warrick le hará implicarse de lleno en la investigación de una de las víctimas de los disparos, la hija de un viejo conocido suyo. Mientras, Nick investiga la muerte de un hombre en la sala de servidores de una empresa de Internet.

Dos casos que se vuelven personales para Grissom y Catherine en este episodio de 90 minutos. En el primero, Grissom descubre que los asesinatos de un invitado a una fiesta en un club nocturno y un hombre que se ejercitaba en su departamento están relacionados. Las muertes eran similares y ambas víctimas eran empleados de Lady Heather (Melinda Clarke), una dominatrix que penetra el frío exterior de Grissom para revelar su vulnerabilidad. El segundo caso involucra al ex marido de Catherine, Eddie (Timothy Carhart), que desaparece luego de que su auto se estrella mientras él viajaba con su hija. Sara dirige la investigación, pero Catherine resulta rápidamente descontenta con el modo en que el caso es manejado.

Un cuerpo aparece descompuesto dentro de un bidón de residuos tóxicos. La investigación lleva a los criminalistas hasta una competición de pequeños robots destructores teledirigidos. Mientras Catherine, Sara y Nick se encargan de este caso, Grissom y Warrick intentan identificar a una víctima desconocida.

Un coche que descarrila en mitad de la noche y acaba chocando con un camión es sólo el comienzo de un desconcertante caso relacionado con la muerte de un mapache de metro ochenta y con la Convención de Afelpados y Peluches que esos días tiene lugar en Las Vegas. Grissom y Catherine son los encargados de esclarecer los hechos de este caso. En el otro, Sara y Nick investigan la muerte por disparo de un dependiente en la cámara refrigerante de su local.

Un adolescente aparece muerto a martillazos en una obra. Warrick, Sara y Grissom se harán cargo de la nueva investigación. Por su parte y en solitario, Nick Stokes investigará la muerte, por impacto superficial de bala, de una mujer que intentaba mediar en una pelea en la que ninguno de los implicados llevaba arma.

Una cabeza desollada y con una víbora metida en la boca aparece colocada dentro un dispensador de periódicos hispanos de Las Vegas. Todo apunta a que el asesinato cometido sobre el cuerpo al que pertenece esa cabeza está relacionado con el mundo de las drogas en los suburbios mejicanos de la ciudad. Nick lleva solo el caso mientras Warrick, con la ayuda de dos miembros del turno de noche, se encarga de descifrar la muerte de un agente de ventas telefónicas dentro de una furgoneta en la azotea de un casino.

Catherine termina su turno y decide ir a divertirse, pero las cosas terminan por torcerse un poco y forcejea con un hombre en el aparcamiento de un bar. Consigue evadirlo y regresar a su casa. Horas más tarde, una chica aparece muerta con un disparo en la sien y los primeros indicios apuntan al bar en el que estuvo Catherine y al hombre con el que se violentó.

El asesinato de una vidente que predijo su propia muerte es el punto de partida de una investigación que terminará por relacionarse con un antiguo caso abierto en el que nunca se identificó al culpable.

Tres jóvenes mueren tras ser tiroteados por miembros de una banda rival. Las investigaciones meten a los CSI de lleno en el mundo de los raperos.

Un agente de Asuntos Internos interroga a Warrick sobre su relación con Candy y poco después, el forense es exonerado de toda responsabilidad en relación a la muerte de la stripper. Convencido de que Gedda es el autor de la muerte de la chica, Brown continúa investigando el caso hasta que Grissom le suspende de empleo durante dos semanas. Mientras tanto, el doctor Robbins ofrece a los forenses nuevas claves sobre la muerte de Liz Rodríguez, una filántropa cuyo cadáver apareció en el desierto junto a numerosos perros muertos. El patólogo forense explica que vio a la víctima la noche anterior a su muerte en el local donde él actuaba junto a su grupo musical. Las primeras pistas llevan a los investigadores hasta Gino Aquino, miembro de una banda, y una residencia canina. Al parecer, Liz era la mejor preparadora de perros de pelea de Las Vegas y Aquino quería derrotarla para convertirse en el número uno en este lucrativo negocio ilegal. Cuando un equipo del SWAT irrumpe en medio de una pelea de perros, detienen a Aquino junto a su can, cuya saliva se encontró en el cuerpo de Liz. Sin embargo, nuevas evidencias llevan al C.S.I. a ampliar su círculo de sospechosos.

Tras la muerte de Warrick, el C.S.I. regresa al trabajo para investigar la extraña muerte de Sprig Greniger, una ex-empleada de una entidad bancaria, tras caer del balcón de un edificio y estrellarse contra el techo de un autobús. Los forenses recaban evidencias en el escenario, al tiempo que revisan las cintas de las cámaras de seguridad del banco. Mientras visionan las imágenes de vídeo, Catherine y Nick descubren que un hombre con barba se acerca al mostrador en el que se encuentra Sprig y le pide que cambie billetes de 50 por otros de 100 dólares. Posteriormente, el C.S.I. solicita la ayuda de un hipnotizador forense para que hipnotice a otro de los empleados del banco que fue despedido y les facilite información clave que les permita identificar al misterioso delincuente.

Langston y Riley son tomados como rehenes justo antes de un tiroteo en las habitualmente tranquilas calles de Las Vegas.

Un motorista es apuñalado durante una pelea en un bar. Los forenses identifican el cadáver como perteneciente a un agente que trabajaba de incógnito y que se había infiltrado en una banda de motoristas para destapar una red de tráfico de drogas. Los de Langston interrogan a la esposa del fallecido, pero pronto descubren que la mujer tiene un carácter muy inestable y es propensa a darse a la bebida. El caso es que la mujer no sólo es sospechosa del crimen de su marido, sino que en el pasado también mantuvo una relación con Brass, lo que hace que el forense se involucre emocionalmente en el caso.

Mientras los C.S.I investigan tres casos sin aparente relación, descubren que alguien está vengandose por antiguos casos que quedaron sin resolver.

Stokes descubre que un hombre que ayudó a encarcelar años atrás va a ser puesto en libertad.