La jornada frustrante de Abby empeora todavía más con la llegada de una desconcertante carta de Carter, que sigue en el Congo. Las otras enfermeras se quejan de las condiciones laborales e ignoran las opiniones de Abby. La critican por intentar informar a Elli, una adolescente enferma de corazón y pulmón, de que su vida corre grave peligro. Mientras tanto, Romano se pone de muy mal humor al probarse la prótesis del brazo que le falta y comprobar que el gancho está anticuado. Enfurecido, despide a varias enfermeras que son por otra parte imprescindibles. Tres nuevos residentes de segundo año, incluido el Dr. Nick "Coop" Cooper, siempre muy seguro de si mismo, se suman al personal. El aprensivo Pratt conoce a los anticuados padres de Chen en una cena. Además, el talante bromista y las múltiples habilidades del Dr. Corset causan muy buena impresión.

Pratt, un residente de segundo año muy seguro de sí mismo, desea comprobar sus aptitudes trabajando en el turno de noche (de 23 a 7h) pero a veces sus actos heroicos le saldrán mal. Pratt muestra desprecio por Ed Gamble, un hombre que no presenta ningún síntoma de enfermedad pero que ha perdido el habla temporalmente. Cuando Weaver menosprecia la "incompetencia" de su personal, también comete un grave error. Un hombre con la pierna rota grita desesperadamente y espera varias horas hasta que le atienden. Neela trata a una niña pequeña que llega con su inseparable abuela y cuyo estado es de no reanimar. Por otra parte, Abby necesita conseguir dinero desesperadamente. Más tarde se encuentra con Kovac y con su nueva novia. Y a Corday empieza a caerle bien el Dr. Dorset.