Arthur Wakesfield sorprende a un ladrón e intenta asustarlo para que se vaya, pero sufre un ataque al corazón del cual más tarde muere en el proceso. El ladrón, John Tinniswood, apenas se encuentra en mejor situación cuando llega a casa, ya que su esposa casi le arranca la cabeza, pero aún le da una coartada falsa cuando es arrestado por el crimen. La viuda de Wakefield está segura de que fue él y comienza a seguirlo a donde quiera que vaya. El oficial especial Hector Cowley plantea problemas de otro tipo. Es excesivamente oficial y una molestia para todos, desde el sargento Blaketon hacia abajo. Y para mucha otra gente también. Cowley cuenta con ganar un premio por sus grosellas en la feria local, pero alguien las destruye la noche anterior.