Cuando Phoebe comienza a dudar acerca de contraer matrimonio con Cole, acude a la magia para que le ayude a decidir. Su hechizo tiene algunos efectos indeseados cuando invoca a su joven identidad pasada y a su anciana identidad futura hacia el presente, sin que ninguna de ellas tenga la intención de ayudar a Phoebe con su problema. Mientras, Cole es lentamente poseído por La Fuente, cuando un viejo rival busca tomar el lugar de La Fuente en el submundo. Paige consigue una promoción en su trabajo, pero a causa de un hechizo con efectos secundarios.

Un Hombre de Arena, que está siendo cazado por un demonio que busca liberar al mundo de sus sueños, pide ayuda a Phoebe para ser salvado junto con su raza. Mientras las chicas desarrollan un plan para detener el ataque contra el Hombre de Arena por parte del demonio Rastreador, los sueños de Phoebe accidentalmente se vuelven realidad. El demonio Rastreador observa esto e introduce los otros sueños en la realidad con el objetivo de destruir a las Encantadas. Pronto las hermanas descubren que la única manera de acabar con sus sueños es confrontándolos y entendiéndolos.

Cuando Wyatt inadvertidamente le da vida a un dragón, los Limpiadores, un grupo neutral dedicado a evitar que la magia sea expuesta, se llevan al niño y borran todas las señales y recuerdos de su existencia. Conscientes de que están olvidando algo importante pero sin saber de qué se trata, Piper, Phoebe y Paige recitan un hechizo para regresar sus recuerdos, pero en lugar de ello el hechizo produce que revivan el día en que Wyatt fue raptado. Con una segunda oportunidad de proteger a Wyatt, las hermanas exponen su magia en un intento de engañar a los Limpiadores. Mientras, la falta de control en su nuevo poder empático causa que Phoebe inicie una riña en un bar; el último trabajo temporario de Paige la coloca en medio de un dilema de hostigamiento sexual; y Leo asigna a Chris un nuevo protegido.