Con Vaatu libre, Korra intenta encerrarle nuevamente en su prisión mientras Mako y Bolin tratan de impedir que Unalaq se fusione con Vaatu. Sin embargo, con la ayuda de Desna y Eska, Unalaq supera a Mako y a Bolin, lucha con Korra y finalmente se fusiona exitosamente con Vaatu. Korra y Unalaq comienzan a luchar estando cada uno en su respectivo Estado Avatar. Mientras tanto, en el mundo de los espíritus, Tenzin y sus hermanos se encuentran con Iroh, quien les da una pista sobre cómo encontrar a Jinora. Así pues, Tenzin se adentra en la Niebla de las Almas Perdidas, un valle cubierto de niebla que lleva a los humanos atrapados allí a la locura tras sucumbir ante sus propias dudas interiores. Kya y Bumi sucumben rápidamente a la niebla y Tenzin por poco lo hace también, pero se encuentra con el espíritu de Aang, quien le dice que debe dejar de intentar ser el reflejo de Aang y simplemente debe ser él mismo. Tras despejar sus dudas internas, Tenzin logra disipar la niebla temporalmente y rescata a Jinora y a sus hermanos. Sin embargo, Jinora se da cuenta de que Vaatu ha sido liberado y se va con el fin de ayudar a Raava. Mako y Bolin logran convencer a Eska y a Desna para que se vuelvan en contra de Unalaq y los liberen. Desafortunadamente, Korra es superada por Unalaq, quien saca a Raava de su cuerpo y la destruye, rompiendo la conexión de Korra con los avatares pasados. Con Raava destruida, Unalaq se transforma en un monstruoso espíritu oscuro gigante y se teletransporta al mundo material.