Un sospechoso incendio se declara el día de Halloween provocando muchas víctimas, que llegan al hospital disfrazadas, algunos de los cuales ofenden la sensibilidad de Pratt. Romano no puede evitar que su reciente y traumática lesión interfiera con su buen juicio al dar instrucciones a Corday durante la intervención a un hombre con una infección que consume los tejidos. Entretando, Márquez amenaza con presentar una queja contra Kovac. Una madre de mediana edad, Simone Phipps no es capaz de aceptar que su bebé recién nacido no sobrevivirá. El personal anima a un interno de cirugía ya mayor, pero de gran experiencia, Paul Nathan, en su esfuerzo por superar una seria discapacidad física. Por su parte, Abby y Carter se divierten vistiéndose con sugerentes disfraces de Halloween.

El Dr. Romano, se enfurece cuando es nombrado jefe de Médico de Urgencias deshabilitando al anterior cirujano y manifestando su desdén y falta de conocimiento de los procedimientos de la Sala de Urgencias, enojando al personal y poniendo en peligro la vida de un paciente. Carter se enfrenta sin éxito, al amargado Romano. Pero, Weaver simpatiza con él, aunque no queda inmune a sus ataques. Por otra parte, un visitante de urgencias revela el sorprendente secreto de Lewis, mientras que éste subestima el precario estado de salud de una mujer y una víctima de un accidente de circulación asegura que sus hijos iban con él en el coche pero la policía no les ha encontrado y Kovac suplica a Weaver para que autorice a un niño croata a ser tratado en Chicago. Además, una paciente de Corday, terminal de cáncer, debe elegir entre su propia vida y la de su hijo, no nacido, mientras que Pratt busca desesperadamente un regalo para Chen tras simular que sabe que es su cumpleaños.