Después de caer en el alcoholismo, Brian es ingresado en una clínica de rehabilitación dirigida por una orden de monjes. Un comentario casual del Padre Bernard lleva a Brian a llamar a Sandra tarde en la noche para contarle que hubo una muerte inexplicada en la clínica nueve años atrás. Para evitar que Brian investigue obsesivamente por su cuenta, el equipo asume la investigación sobre la muerte de un adicto a la heroína, e infiltran a Gerry en la clínica como un adicto compulsivo al sexo. La esposa de Brian, Esther, descubre a todo el equipo en la clínica y está furiosa, pero Sandra la persuade de que es la única manera de aliviar la presión sobre Brian. Cuando descubren la verdadera identidad de Gerry, el equipo ha descubierto que el hombre muerto, Robert Smith, probablemente se volvió adicto a las drogas como resultado del trastorno de estrés postraumático, después de presenciar o incluso participar en eventos en las guerras civiles que siguieron a la desintegración de Yugoslavia. También descubren que algunos de los empleados e incluso los monjes en el centro de rehabilitación tienen secretos que desean ocultar o han ocultado sus orígenes.