Becker comienza el día tratando con algunos clientes furiosos y se encuentra en el lado equivocado de un arma; Melman descubre un compañero muerto; Kuzak encuentra una manera creativa de ver que se hace justicia cuando defiende a un cliente desagradable acusado de violación y agresión a una mujer con una enfermedad terminal; Brackman desafía a Kelsey a aceptar un caso de seguros; la firma adquiere un nuevo asociado; un elogio de Chaney da un giro impactante; Becker abre los ojos a una mujer que piensa erróneamente que tiene un buen acuerdo de divorcio; Los problemas matrimoniales de Perkins se vuelven de conocimiento público; Kuzak se encuentra con un juez que se toma en serio las infracciones de tránsito; Kelsey propone a Markowitz.

Victor sufre durante una cena con los Brackman cuando ellos quieren que él corteje (y se case) a su empleada hispana que está amenazada con ser deportada. Mientras tanto, Markowitz se encuentra en medio de una feroz auditoría fiscal entre el millonario corrupto Irving Lewis y el agente del IRS alcohólico Marv Fletcher, en la cual Markowitz recurre a mentir sobre las reclamaciones fiscales de Lewis. La demanda por lesiones personales de Kuzak contra un parque de diversiones se complica debido al codicioso padre adoptivo de su joven cliente. Además, los problemas personales de Abby empeoran cuando se entera de que su esposo ha secuestrado a su hijo de tres años, Eric.

Foster Troutman, un encantador polígamo, causa revuelo en la firma debido al caso de auditoría fiscal de Becker y Markowitz sobre él y sus 11 esposas, y le ofrece a Markowtiz una nueva maniobra sexual para complacer a una mujer mientras Becker se siente atraído por su abogada, Lynette Pierce. Mientras tanto, Grace enfrenta la difícil tarea de enjuiciar a Christopher Appleton, un hombre gay afectado por el SIDA, acusado de matar por misericordia a su amante con una enfermedad similar. Abby enfrenta una angustiante prueba con Kelsey en busca de su hijo cuando recibe noticias de la muerte de un niño anónimo maltratado. Los otros socios discuten sobre quién se quedará con la deseable oficina de Chaney y, con una moneda al aire, Markowitz gana.