El prestigioso guardaespaldas Michael Bryce (Ryan Reynolds) recibe un nuevo cliente: un asesino a sueldo, Darius Kincaid (Samuel L. Jackson), que debe testificar en un juicio en La Haya contra un cruel dictador (Gary Oldman)

Después de quedarse viuda de forma inesperada, Grace Trevethyn (Brenda Blethyn), una ama de casa respetable y reservada, descubre que su difunto esposo acumuló importantes deudas y la dejó enfrentando la ejecución hipotecaria y numerosos embargos. Muy querida en Port Isaac, el pueblo pesquero costero en el que vive, Grace recibe apoyo emocional por parte de los habitantes del pueblo, especialmente de Matthew Stewart (Craig Ferguson), su fiel jardinero fumador de cannabis, su novia y pescadora del pueblo, Nicky (Valerie Edmond), y su amigo, el Dr. Martin Bamford (Martin Clunes). A pesar de querer ayudar a Grace, ninguno de los residentes es capaz de encontrar una manera de sacarla de su situación desesperada.

Casi un año después de un trabajo fallido, un sicario acepta una nueva misión con la promesa de una gran recompensa por tres asesinatos. Lo que comienza como una tarea fácil pronto se desenreda, llevando al asesino al corazón de la oscuridad.

Durante un viaje en el legendario tren Orient Express, el detective belga Hercules Poirot investiga un asesinato cometido en el trayecto, y a resultas del cual todos los pasajeros del tren son sospechosos del mismo.

Gary "Eggsy" Unwin, cuyo fallecido padre trabajó calladamente para una agencia de espionaje ultrasecreta, vive en una urbanización del sur de Londres y parece dirigirse hacia las rejas. Sin embargo, el elegante agente Harry Hart reconoce el potencial del muchacho y lo recluta para ser un aprendiz en el servicio secreto. Mientras tanto, un genio tecnológico retorcido amenaza al planeta con una matanza a escala mundial.

Después de estar 10 años ausente, el sicario de una banda regresa a sus viejos compinches para encontrar a su hijo perdido y buscar venganza contra aquellos que le traicionaron y le dieron por muerto.