La policía continúa buscando a Mick y Tim O'Shea, pero el inspector Brackenreid también está buscándolos por su cuenta. Murdoch encuentra a alguien que confirma que los O'Shea mataron a Richard Dawkins, pero el hombre también sugiere que los O'Shea no están trabajando solos. La Sra. Cecily McKinnon, la encargada del puerto, dice que no sabe nada de extorsión en los muelles, pero cuando se le presiona, señala a uno de los comerciantes, Lionel Jeffries. Cuando se encuentran a los O'Shea muertos, con un disparo en la cabeza, Brackenreid se convierte en el principal sospechoso. Mientras tanto, las mujeres que participaron en la protesta sufragista, incluyendo a las Dras. Ogden y Grace, todavía están en la cárcel. En el tribunal, descubren que Leslie Garland es uno de los fiscales de la Corona que los acusa. Obtienen un poco de apoyo cuando Clara Brett Martin, la primera abogada reconocida en el Imperio Británico, se ofrece a representarlos.