Cuando el ejército pierde contacto con un submarino en aguas hostiles, el Presidente debe elegir entre arriesgar las vidas de la tripulación y provocar a Corea del Norte. CJ disfruta del error del líder de la mayoría en una entrevista. Babbish informa a Abby que ella es el eslabón débil en la defensa legal del Presidente.

Toby cae víctima de una broma por parte del resto del personal, después de lo cual todos, excepto Leo, se van para el debate en San Diego. Sam hace un viaje lateral a Newport Beach para explicar al gerente de la campaña congresional del difunto Horton Wilde por qué la campaña tiene que cerrarse a pesar de que Wilde todavía está en la boleta; lo que Sam no espera es encontrar a un firme defensor llamado Will Bailey, que, decidido a mantener vivas las ideas de la campaña, continúa organizando eventos de campaña y haciendo trabajo puerta a puerta. En San Diego, un nervioso equipo de personal de la Casa Blanca se prepara para darle un giro a favor del presidente, pero cuando Bartlet y Richie se enfrentan en un formato de debate único, Bartlet destroza a Richie en temas de derechos estatales, educación, impuestos, etc., al ser precisamente el intelectual elitista de quien todos lo acusaban y usarlo en su propio beneficio. De regreso en Washington D.C., Leo y Jordon Kendall se reúnen con el embajador de Qu'mar en las Naciones Unidas, y Leo advierte a Qu'mar que se retire de su campaña para culpar a Israel del asesinato del Ministro de Defensa Abdul Shareef. Después del debate, Sam regresa a Newport para encontrarse una vez más con Will en un bar, durante el cual Sam hace una oferta sorprendente.