La búsqueda de un asesino en serie se intensifica cuando entre las pertenencias del sospechoso aparece una fotografía de la hermana de Natalia, hecho que constituye la trama argumental principal del episodio.

Doug McLain, una estrella del fútbol retirada, es salvajemente acuchillada en el cuello mientras habla por teléfono. Cuando el equipo de C.S.I. llega a la escena del crimen encuentran las paredes salpicadas de sangre y el teléfono de la víctima, por lo que deciden investigar sus últimas llamadas. Sin embargo, Alexx encuentra una dificultad inesperada para trasladar el cadáver porque la mujer del deportista le explica que hay un mandato judicial en virtud del cual el cuerpo ha de ser crionizado. La forense decide entonces escanearlo para hacer una “autopsia virtual”. Por su parte, Calleigh encuentra un trozo de cinta adhesiva en el alfeizar de la ventana con restos de piel y fibras adheridos que le sirve para identificar a una mujer llamada Rita Sullivan. Entretanto, el rastreo de llamadas conduce al equipo a una periodista que estaba entrevistando a Doug en el momento del ataque, en cuya grabadora quedó registrado un ruido de pasos y el tono de una llamada realizada en la propia escena del crimen. Cuando descubren al autor y al destinatario de esa llamada, comienza a ponerse de manifiesto que el asesinato esconde una trama relacionada con un hijo secreto que el futbolista tenía con Rita, un oscuro asunto relacionado con la donación de un riñón y la implicación de la mujer y de la empresa encargada de la crionización.

Un joven muere salvajemente estrangulado sin que los amigos con los que se encuentra lo adviertan, ya que todos observan cómo se desarrolla un eclipse solar. Al ir a investigar, Calleigh encuentra un maletín metálico que le sirve para identificar a un hombre llamado Mario Montero. En el interrogatorio, el hombre explica que aquel joven le proporcionaba drogas y que cuando le encontró muerto decidió robarle la mercancía y huir. Al poco tiempo, el equipo de Horatio recibe el aviso de que hay otra víctima asesinada de la misma manera, y cuando rastrean su ordenador descubren que estuvo chateando con Mario Montero y con Nicholas Pike, el propietario de varias discotecas. Acuden entonces de nuevo a Mario y lo encuentran escondido en un armario, con una herida en el cuello similar a la de las víctimas y aterrorizado tras un supuesto ataque violento, lo que les induce a pensar que se enfrentan a un asesino en serie.